La Democracia Cristiana y su aporte al futuro de Chile.
1. Hace un año surgimos como un movimiento de ideas al interior del Partido Demócrata Cristiano, planteando nuestra preocupación por el rumbo que estaba tomando el país bajo el gobierno de la Nueva Mayoría y haciendo un llamado a nuestros dirigentes para hacer una profunda corrección.
2. Sostuvimos entonces que, más allá de las buenas intenciones, percibíamos que, en vez de seguir avanzando como lo habíamos hecho en las décadas anteriores, se estaba poniendo en riesgo no sólo ese gran esfuerzo, sino también la posibilidad de aspirar a ser un país desarrollado e inclusivo, por un mal diagnóstico y una mala implementación de las políticas públicas. Dijimos que, paradojalmente, este era supuestamente el gobierno más progresista desde el regreso a la democracia, que- sin embrago- estaba deteniendo el progreso de Chile. Desgraciadamente , el tiempo nos ha dado la razón.
3. Las reformas tributaria , laboral y educacional, no han cumplido la promesa de igualdad y se han visto entrampadas por la improvisación y la falta de acuerdos. La educación se encuentra estancada por la incertidumbre, tanto en el sistema escolar como en la educación superior; aumenta la precariedad de los empleos; en salud, los hospitales que se pretendían hacer, se encuentran retrasados y terminarán construyéndose menos camas y a mayores costos, al mismo tiempo que la deuda hospitalaria y las listas de espera de los pacientes del FONASA siguen creciendo. A ello se agregan los graves problemas de gestión del Registro Civil y el Sename, que aumentan el descrédito de las instituciones públicas .
4. ¡Qué decir de la desvalorización del crecimiento económico! Durante este gobierno, Chile crecerá menos que nunca antes en los últimos treinta años, en circunstancias que nuestro país necesita crecer para poder realizar los cambios sociales que son tan necesarios para conseguir las oportunidades para todos los chilenos, independiente de su lugar de nacimiento. La Nueva Mayoría ha promovido propuestas de cambio social que poseen el sello del “Infantilismo Revolucionario “, donde dominan más los eslóganes que la razón y la pasión por un Chile más justo; la errónea percepción de que el Estado puede con todo, y la asignación de recursos según la presión de la calle. No se han cuidado los recursos públicos y como consecuencia, quedará seriamente comprometido el equilibrio fiscal, con la lamentable posibilidad de empeorar la clasificación de riesgo de Chile.
5. Como consecuencia, la ciudadanía castigó fuertemente a la Nueva Mayoría y especialmente a la Democracia Cristiana en las elecciones municipales, con una gran abstención y una pérdida significativa de su votación. La gente nos está diciendo con fuerza y claridad que la Nueva Mayoría no tiene destino como alianza viable de gobierno después del 2017. Las encuestas de opinión demuestran inalterablemente lo mismo. Esta coalición gobernante , con todo respeto , ya no da para más ! No tiene alma, no tiene proyecto común, no tiene credibilidad. ¿Cómo y por qué podría proyectarse?. El peor escenario es el del continuismo acomodaticio . Ello seria la condena a muerte de nuestro partido y estaría marcado por el sello de la infidelidad a nuestra memoria y pasado histórico .
6. Por eso creemos que llegó la hora de arriesgar y crear un nuevo escenario político, que invite a los chilenos y chilenas a realizar los cambios que Chile necesita para lograr esa Patria para Todos – desarrollada e inclusiva- con el esfuerzo de cada uno, con el apoyo del estado para que las familias , las comunidades, las empresas, las regiones puedan llevar a cabo sus proyectos, con el sello de la libertad, la amistad cívica , la colaboración público-privada y el sentido común.
7. La Democracia Cristiana tiene la oportunidad de representar a millones de chilenos que están decepcionados, que no se sienten apoyados en su esfuerzo, que tienen temor de retroceder y que les indignan los privilegios y los abusos; que no quieren un país confrontado, ni reformas que no responden a sus demandas. Para ello deberá hacer un planteamiento político de centro con identidad y fortaleza, lo cual significa defender nuestras convicciones. Ello implica mirar hacia el frente, donde vemos asomar el horizonte de un futuro, amable para nuestro país. Donde miran los que quieren progreso sin retroexcavadoras, reformas graduales y bien hechas; donde miran los que ven la democracia como una forma de convivencia ; los que defienden los derechos humanos en cualquier circunstancia; los que valoran el crecimiento económico, la gobernabilidad y la seguridad . Ello deberá traducirse en un programa, un candidato a la Presidencia de la República a primera vuelta y una lista parlamentaria propia, capaz de recuperar electorado que hemos perdido y seguimos perdiendo dentro de la Nueva Mayoría.
8. Con todo, creemos que la Democracia Cristiana debe participar de una alianza de centro izquierda renovada, pero ello requiere previamente un camino para fortalecer nuestra identidad y que los chilenos no solo distingan nuestras propuestas, sino también nos distingan como un partido con convicciones que busca el bien común. Eso implica buscar los acuerdos después de contar los votos.
9. Por último, señalamos que, sin perjuicio de mantener nuestra independencia, en el contexto de la actual elección de Directiva Nacional, llamamos a apoyar a la lista C encabezada por Carolina Goic, que ha levantado la voz para protestar, exigir autocritica y cambios al Gobierno y se ha comprometido con candidato propio a la Presidencia de la República sin renegar de los logros alcanzados por nuestro país durante los gobiernos de la Concertación.