Santiago de Chile, 28 de abril de 2021
Declaración Pública:
- Los sucesos políticos de los últimos días muestran la desafección del mundo político con respecto al futuro de la nación y lo que vive la ciudadanía, especialmente de quienes han perdido a sus familiares o sus fuentes laborales, del agobio y soledad de las cuarentenas, del stress en los trabajadores de la salud, las consecuencias sobre el sistema educacional, y de la violencia que se acrecienta.
- No se percibe una real conciencia de la profundidad de la crisis política provocada en medio del estallido de octubre de 2019 y de una pandemia, la peor en un siglo, que no se sabe cuándo ni cómo terminará. Lamentablemente, han predominado la búsqueda de culpables por sobre las soluciones, los debates frívolos y agresivos en matinales y noticieros, el intento de lucimiento de opinólogos, tan fatuos como moralizantes y, sobre todo, el egoísmo manifestado en el aprovechamiento electoral de políticos que compiten por quién pone más y más rápido dinero en los bolsillos de los electores, sin importar de adonde vienen estos recursos y sus consecuencias a mediano plazo en la vida de los chilenos. No sólo se han embarcado en destruir el sistema previsional, sino que también la economía desprestigiando al país y sus instituciones a escala internacional, lo que hará más difícil la recuperación. El Gobierno ha llegado tarde y mal, sin embargo, las soluciones deben ser institucionales, justas, efectivas y con un adecuado uso de recursos.
- El proceso constituyente abrió un cauce para establecer un nuevo pacto que nos permita adecuar nuestras instituciones a las nuevas demandas y realidades. No obstante, para que este proceso sea efectivo y responda a las grandes expectativas de la sociedad, es indispensable revertir el clima de polarización, desgobierno y desprecio por la institucionalidad que nos rige. Esto es clave esencial para el progreso inclusivo y sostenido. Hacemos un llamado a terminar con esta guerrilla entre Gobierno y Congreso Nacional. Las formas importan. Los símbolos importan. La función pública no puede degradarse porque pierde su sentido. Por eso son tan desafortunadas las frases amenazantes, paternalistas, despectivas y las faltas de respeto en medios de comunicación y redes sociales.
- Chile no solo necesita una nueva Constitución, que demorará un tiempo. Necesita abandonar el populismo y generar ahora un acuerdo para impulsar una política integral para abordar la creación de empleos, el rescate de las pequeñas y medianas empresas, apoyos especiales para las familias que tienen trabajos informales y apoyar a los jóvenes para que puedan incorporarse al mercado laboral.
- Los chilenos no se merecen vivir de políticas asistencialistas con bonos improvisados y a merced del arbitrio de las autoridades de turno. Es indispensable concordar una política de corto y mediano plazo que evite los retiros de ahorros propios y el bochorno de la manera en que se han discutido, ignorando las recomendaciones de instituciones económicas y de especialistas. No es posible dejar livianamente de lado que reducir los ahorros previsionales en 30% y más reducirá muy significativamente las pensiones de los actuales y futuros pensionados. Se requiere apertura del gobierno, disposición de la oposición y responsabilidad de todos los partidos, particularmente los oficialistas. El país necesita gobernabilidad y los representantes de la ciudadanía, el ejecutivo y el poder legislativo, tienen la obligación de lograrla.
- Por último, nos preocupa la tendencia a pasar a llevar la institucionalidad. La Constitución actual es el marco en el cual deben hacerse las leyes y las políticas públicas. Es lamentable que la mayoría del Tribunal Constitucional abdique de su función de dirimir en derecho un conflicto constitucional. Bajo este criterio, la Constitución se relativiza y la existencia del TC pierde todo sentido. Si cada autoridad, a propósito de sus propios valores e intereses frente a un proyecto de Ley decide acatar o saltarse el estado de Derecho, nada podrá proteger los derechos fundamentales de las personas frente al Estado, o frente a mayorías transitorias abusivas, o minorías violentistas.
Movimiento Progresismo con Progreso
Mariana Aylwin; Jaime Abedrapo; Eduardo Aninat; Ulises Bertoglio; Marta Canto; Mirtha Chacana; Álvaro Clarke; Luis Felipe Cristi; Felipe del Río; Marco Farías; Pedro Garcia A.; Luciano Giglio; Hernán Herrera; Baldemar Higueras; Hugo Lavados M.; Guillermo Le Fort V.; Luis Lizama; Manuel Llanos; Raúl Martínez Bernal; Claudia Menares; Antonio Nawrath; Mauricio Olavarría; Rodrigo Pablo; Clemente Pérez; Gabriela Riutort; Ernesto Tironi; Santiago Venegas; Oscar Acuña; Francisco Celedón;
Jorge Tuñón; Juan Pablo Glasinovic; Germán Guerrero; Ana Luz Durán; Francisco canddia; Felipe Le Fort;