Cuando la economía palidece como ahora, es el momento ideal para invertir en infraestructura pública, pues genera actividad, mano de obra, productividad, y si es con fondos privados, como es el caso en Chile en virtud del sistema de concesiones, tanto mejor.
Esto lo tiene claro el Gobierno y lo ha señalado reiteradamente la Presidenta, desde el 21 de mayo pasado hasta ahora, en reiteradas ocasiones. Para ello se autorizó que las AFPs puedan invertir en Concesiones y se piensa crear un Fondo de Infraestructura Pública, todo lo cual va a permitir aumentar la inversión en obras públicas, lo que es muy bueno.
Pero en verdad, eso sólo resuelve parte del problema, pues lo más complicado no es tanto la falta de recursos, sino más bien la falta de proyectos.
Es verdad, los proyectos de la cartera de concesiones son muy similares a los que se han anunciado en años anteriores y parte importante, de hecho, son re licitaciones mejoradas de proyectos cuya concesión inicial vence pronto. Cuesta encontrar grandes novedades. Aún no ha sido posible cerrar el anillo de Américo Vespucio, mientras que rutas como el Camino de La Fruta, la G-21 que va a Farellones, la Costanera Central u otras, llevan años en cartelera.
El ministro ha logrado incrementar el promedio de inversión al año y ha anunciado un plan para “desacoplar la planificación de concesiones del ciclo político”, lo que es encomiable. Aun así, la cartera de proyectos seguirá siendo escuálida si no se logra dinamizar el proceso.
Hoy se invierte mucho más en energía que en obras públicas, y la cartera de generación eléctrica se renueva ágilmente, con nuevas tecnologías, mucha competencia, y mejores precios para los usuarios. El plazo de desarrollo de un proyecto de infraestructura hoy debe ser el doble de lo que toma desarrollar uno de energía, con excepción de los hidroeléctricos de embalse.
¿Cómo se puede mejorar la cartera de proyectos? Por parte del Estado, invirtiendo en más y mejor ingeniería. El puente de Cau Cau y los numerosos proyectos realizados a través de convenios complementarios, estos es, de ampliaciones de contratos con los concesionarios vigentes, sólo demuestran que el MOP no dispone de los recursos necesarios para poder diseñar proyectos propios, de calidad, para licitar abiertamente. Necesita del concesionario, que haga la ingeniería y después licite, en un contexto de reducida competencia e innovación.
Y por parte de los privados, se requiere mejorar los premios y reducir los tiempos de desarrollo de proyectos de iniciativa privada, dado que el actual mecanismo (lo he vivido en carne propia como emprendedor de proyectos de teleféricos), no despierta interés entre los privados.
Se trata de premiar bien sólo a los proyectos que sean innovadores, y no a aquellos que el MOP tenía planificado hacer de todos modos, pero que no ha podido estudiar por carecer de los recursos necesarios para la ingeniería.
La Presidenta anunció una modificación del Reglamento de Iniciativas Privadas, que se espera corrija este punto, y que permita a los privados, en el año de la productividad, hacer aportes reales en materia de infraestructura.
Fuente: Blog La Tercera. Revisar acá