No quedará mucho legado del segundo mandato de Michelle Bachelet “
El también presidente de la clasificadora de riesgo ICR, cree que de la obra gruesa desarrollada por el Gobierno quedará poco, pues habrá que realizar cambios profundos. La tarea de la próxima administración será restaurar las confianzas y el crecimiento.
Han pasado casi seis meses desde que un grupo de 26 democratacristianos publicaron una carta realizando una dura crítica al Gobierno de Michelle Bachelet y a la Nueva Mayoría en general. El título de la misiva era “Progresismo sin progreso: ¿El legado de la Nueva Mayoría en Chile?”.
Álvaro Clarke, uno de los articuladores de este grupo, sigue crítico, aunque parece ya haber perdido la esperanza. A su juicio, quedará para el próximo Gobierno la tarea de “recuperar la inversión, el crecimiento y la generación de empleo”. Lo sucedido con el veto a la Reforma Laboral es un nuevo ejemplo de la permanente ambivalencia del Gobierno.
Usted fue uno de los articuladores del grupo de los 26 DC que envió la crítica carta ¿Qué ha sido de ese grupo? ¿Han realizado reuniones o actividades de discusión?
-En esa carta se pidió una profunda corrección al rumbo que estaba tomando el país, retomar con fuerza el crecimiento económico, políticas públicas de calidad, respeto a la libre competencia y los consumidores, mejorar la calidad de la política, entre otras cosas. Creo que lo planteado está absolutamente vigente y es parte de la agenda pública de nuestro país. El tiempo nos ha dado la razón, el Gobierno de la Nueva Mayoría corre un riego no menor de terminar con indicadores sociales deteriorados y dejar como legado un discurso progresista, pero sin ningún progreso relevante, es decir, progresismo sin progreso.
El grupo está en permanente actividad, hemos celebrado mesas redondas y seminarios, abordando en más detalle los temas de crecimiento económico, educación, Reforma Sector Salud, Rol del Estado, Reforma Laboral, sistema previsional, evolución de indicadores sociales. Vamos a hacer un aporte al debate público.
¿Cómo ha visto que ha evolucionado el manejo del Gobierno desde ese momento?
-Creo que continúa siendo errático por naturaleza, a veces prima “el realismo” representado con racionalidad por el Ministro de Hacienda, otras veces “sin renuncia”, reflejado con mucha más pasión que razón por la izquierda de la retroexcavadora. Lo que ha ocurrido es que las variables que reflejan la realidad han sido lapidarias, el crecimiento del país será mediocre, en torno al 2%, existen fundadas expectativas que aumente la desocupación y, por tanto, también una preocupante posibilidad que los indicadores sociales de pobreza y distribución del ingreso se deterioren, es decir, podría darse un escenario muy negativo para Chile, donde el Gobierno tendrá que asumir una parte importante de la responsabilidad. Esa potencial situación negativa es la que ha inducido a un ajuste en las políticas de gobierno.
En concreto, ¿qué podría significar?
-La pobreza ha venido cayendo consistentemente de acuerdo a las distintas mediciones. Podría ser el primer gobierno en que la pobreza deje de caer o incluso aumente.
¿Pero no ve un cambio en el Gobierno? Varios políticos y analistas han destacado la moderación del discurso, el triunfo del realismo por sobre el sin renuncia.
-Creo que este potencial escenario negativo ha reforzado la posición de aquella parte del Gobierno que es más realista y quiere enmendar rumbos, sin embargo, el discurso del Ejecutivo sigue siendo ambivalente y, por tanto, de baja credibilidad. Esto se refleja cuando, por un lado, se planifica llevar a cabo un ajuste fiscal ordenado en un plazo concreto, y, por otro, se insiste con el proyecto de la AFP estatal cuya finalidad o sustento no es bien explicado y que, sin embargo, representa una erogación fiscal relevante.
Otro ejemplo, se ha intentado poner el tema de crecimiento económico en la agenda pública sin mayor efectividad, es una propuesta que llega tarde, después de demasiadas y gruesas equivocaciones en el diseño de políticas públicas y en el marco de señales disonantes que emanan del propio Ejecutivo, entonces se hace muy complejo recuperar un ambiente de confianza que sea la base para recuperar la inversión, el crecimiento y la generación de empleo. Tengo la impresión que esa será la gran tarea del próximo Gobierno.
¿Cómo interpreta la decisión de dejar el veto en la Reforma Laboral? ¿Perdió Valdés?
-Es la permanente ambivalencia que caracteriza al Gobierno. Por un lado, Rodrigo Valdés está haciendo un encomiable esfuerzo por retomar una agenda pro crecimiento, que es absolutamente necesaria para enfrentar los tiempos que vienen. Pero por otro, deviene este veto que en definitiva echa por la borda cualquier intento de reponer un ambiente de confianza proclive a la inversión, al crecimiento y al empleo. No se le puede creer al gobierno, en consecuencia, la implementación de políticas públicas que apunten a retomar una tasa de crecimiento más alta van a tener que esperar que cambie la conducción política, eso será un nuevo Gobierno.
Este semestre una frase que la autoridad se preocupó de instaurar fue que la obra gruesa ya terminó. Esto, junto con la gradualidad en educación, provocó la radicalización del movimiento por el lado izquierdo… ¿a ustedes los deja satisfechos?
-El Gobierno quiso transmitir una señal de tranquilidad diciendo que hasta ahí llegaba el programa. Sin embargo, el tema de fondo es otro, lo indicamos en la carta señalando que había un diagnóstico errado y un mal diseño de políticas públicas. En el plano educacional, la rentabilidad social de mejorar el acceso y calidad de la educación temprana es 8 veces más alta que la educación universitaria, pero el ejecutivo privilegió y comprometió recursos públicos en lo segundo, se dejó arrastrar por la calle sin un dejo de racionalidad y preocupación por el uso eficiente de los recursos fiscales, entonces ¿Por qué un futuro gobierno querría seguir con la gratuidad si sabe que hay usos alternativos mejores para los recursos públicos, como la educación temprana? Ese es el tema de fondo, hay que volver a dar un uso responsable y efectivo a los recursos del Estado, haciendo de la eficiencia un objetivo permanente, mejorando y fortaleciendo las políticas focalizadas en los más pobres, sin improvisaciones ni espíritu refundacional, construidas sobre la base de estudios profundos y buscando acuerdos amplios.
Ahora viene la “obra fina”, ¿cuál cree que será el costo político…hay capital para hacerlo de buena manera sin generar más tensión en la NM?
-Creo que estas expresiones comunicacionales son un poco irrelevantes, en lo sustancial las reformas impulsadas por el Ejecutivo no han sido de buena calidad y demandarán correcciones en el tiempo. Una política pro-crecimiento posiblemente requerirá ajustes al sistema tributario, haciéndolo, por ejemplo, 100% integrado. Una política laboral inclusiva y moderna, que mire al siglo 21 y fomente incrementos en productividad requerirá mayor flexibilidad en los contratos de trabajo, es la forma de incorporar plenamente a la mujer y los jóvenes a la fuerza laboral. En definitiva, veo poco legado de largo plazo en la NM. Sin embargo, el objetivo de construir un país desarrollado e inclusivo seguirá pendiente.
¿Hay que hacer la obra gruesa de nuevo?
-No va quedar mucho legado del segundo mandato de Michelle Bachelet.
¿Cuál es el análisis de la salida de Burgos y la llegada de Fernández? Si bien es un DC, llegó, al menos en el discurso, con una agenda 100% programa de MB.
-Creo que el ministro Fernández debe recibir el beneficio de cualquier persona que entra a ocupar un cargo nuevo. Probablemente con algo más de información su discurso será algo más “realista” que “sin renuncia”.
¿Qué información adicional?
-Para enterarse de lo que realmente está sucediendo en Chile.
Con todo, la confianza sigue sin repuntar. JP Morgan cree que eso pasará recién cuando cambie el Gobierno. ¿Qué falta o definitivamente ya no repuntó?
-Concuerdo con el análisis de JP Morgan, el Ejecutivo, debido a su conformación tan amplia, donde conviven la capacidad destructiva de la retroexcavadora con la responsabilidad fiscal del Ministro Valdés o la capacidad de gestión del Ministro Pacheco; y a la falta de capacidad y racionalidad en la ejecución de políticas públicas; resulta poco predecible, en consecuencia, poco confiable. La gran tarea para un próximo gobierno será reponer la confianza y facilitar la recuperación del crecimiento económico, factor esencial para construir una sociedad inclusiva y desarrollada.
Dado todo esto, cuál es el futuro de los 26. ¿Ha sumado nuevos descontentos DC? ¿Se han juntado con movimientos más de centro o liberales como Ciudadanos?
-Lógicamente que valoramos enormemente el debate e intercambio de ideas, desde esa perspectiva esperamos organizar eventos que fomenten la discusión con distintos actores o centros de estudio.
Al respecto, ¿cree que este nuevo centro que se está gestando logre una posición relevante en la próxima elección presidencial?
-Creo que definitivamente el centro político será clave en la próxima elección presidencial.
¿Los 26 tienen una opción política?
-Eso se verá con el tiempo.
FUENTE: Pulso.cl ; Revisar acá